lunes, 3 de diciembre de 2012

Educar en tiempos de crisis


Educar en tiempos de crisis

En primer lugar sería interesante definir los “tiempos de crisis”. Esto lo suelen explicar muy bien los expertos en economía;  parece ser que las crisis son cíclicas, que son connaturales al desarrollo económico. Esta teoría nos convence, desde el sentido común, pues a las personas nos pasa lo mismo, las crisis son parte de nosotros, la adolescencia, los cambios vitales, los momentos de decisión,…, pero las crisis se superan (o se integran y nos construyen, que sería lo mismo). Ahora bien, teniendo en cuenta esta definición, esta crisis pasará más pronto que tarde o como dicen algunos ya ha pasado. Es entonces que lo nos preocupa es una CRISIS con mayúsculas, una CRISIS que ya lleva mucho tiempo instaurada en occidente, una crisis de la que ya hablábamos, crisis de valores, crisis de fe, crisis de volutariado, postmodernismo, ninis, neliberalismo, crisis en los movimientos sociales, individulalismo, fortalecimiento de los totalitarismos, fracaso escolar, ….

Nos puede encajar por tanto esta hipótesis de trabajo, la crisis (con minúsculas) no ha hecho más que acentuarr la CRISIS que ya veníamos sufriendo y es precisamente esta CRISIS con mayúsculas la que nos ha despojado de los mecanismos que nos hubiesen ayudado a salir una vez más de una crisis con minúsculas, de una crisis de esas cíclicas.
Por esta razón abundan por la red testimonios de pensadores, escritores, o gente sencilla que ya hace unos años avisaba de la crisis, cuando lo que se puede pensar es que estaban hablando de la CRISIS.

Así que en esta reflexión la centramos en educar en tiempos de CRISIS, con mauyúsculas, esa CRISIS, que ya la padecíamos hace muchos años y que supera a Lehman Brothers, a las stok options, a los rescates y las troikas,…

Para hablar de educar en esta CRISIS recordamos que ya se hablado de ello largo y tendido. Con este mismo título un poco modificado y bien modificado “Educar(nos) en tiempos de crisis” escribía nuestro querido Jose Luis Corzo un delicioso libro en 1995. ”No tiene sentido que la prensa, la radio, la televisión (se puede extender a todas las metodologías incluyendo el 2.0) entren en el aula como meros auxiliares didácticos, que apoyan un modelo de enseñanza tradicional y caduco, que no responde  a lo que la sociedad reclama hoy a la escuela. Si los medio son capaces de interpelar a los docentes hoy para educara de otra manera en “tiempos de crisis”, sólo ofrecen un barniz anecdótico que nada tiene que ver con otra escuela que abre sus puertas y ventanas, sale a al calle en busca de aire fresco y que con mucha ideología y poco ideario hace frente a la postmoderndiad.”

También de hace muchos años Joaquim Franch, un pedagogo catalán, relacionado con el escultismo y prematuramente desaparecido, soñaba en 1979 con la escuela del año 2000, una visión muy actual sin duda:
“Las escuelas serán un lugar de encuentro: la función transmisora de la escuela cederá el paso a la integración de los aprendizajes. A la escuela no se irá solamente para aprender cosas, sino para descubrir la armonía de las cosas conocidas. Y para construir plataformas desde las cuales abordar nuevos aspectos de la realidad.
Los muros que separan la escuela de la sociedad deberán ser sustituidos poco a poco por una organización del tiempo: la escuela ya no será unas paredes, sino un tiempo y una modalidad de trabajo. Para ello será preciso derribar la separación que existe entre la escuela y el resto de la sociedad. Particularmente, la escuela no podrá vivir al margen del mundo del trabajo…Es el único camino para comprender el verdadero significado del esfuerzo, de la rutina, del cansancio y para abrirse con mayor plenitud al significado de la creación, de la palabra, de la colectividad. Deberá abrirse también a la ciudad y a los mass-media.
El tiempo escolar se llenará con el aprendizaje de los códigos  de interpretación de la realidad: códigos lingüísticos, matemáticas, icónicos, artísticos, tecnológicos…Lo que diferenciará al tiempo escolar será el descubrimiento de la estructura y del código que la expresa.
La escuela deberá tener un papel importante en el equilibrio emocional de los individuos, regulando las condiciones que le aseguren un desarrollo personal armónico. Para ello deberá propiciar ocasiones de maduración, la liberación de la palabra, la construcción de valores “(Trilla, 2000:264-267)[1].

La CRISIS en educación es una de esas crisis con mayúsculas, que lleva instaurada muchos años. Ha habido personas y movimientos que han ido aportando ideas que han ayudado a mejorar, aunque no se han acabado de instaurar del todo,…Una buena receta para los tiempos de crisis, sobre todo estas crisis tan gordas, puede ser rebuscar entre nuestros cimientos, entre aquello que nos sostiene, entre aquello que le cuesta más tambalearse. Buscando nuestros cimientos pedagógicos tenemos que volver a citar a otro librito de Jose Luis Corzo “Educar es otra cosa. Manual alternativo. Entre Calasanz, Milani y Freire.” Ed Popular Madrid 2007. Ya nos apunta tres puntales pedagógicos que nos pueden ayudar a bandearnos en esta CRISIS.

La crisis en educación, más bien del sistema educativo, siendo una crisis de mayúsculas, tiene su manifestación más grave, en nuestra opinión, en la incapacidad para aunar calidad y equidad. Son cantos de sirena cuando nos dicen que el problema sólo es de calidad y con leyes que den importancia a la calidad se curará. Creemos firmemente en la calidad pero calidad para todos y todas. Los datos al día de hoy nos dicen que las comunidades autónomas del estado que más calidad dan son las que menos puntúan en equidad y viceversa, es decir que cuando igualamos igualamos a la baja.

He aquí el reto de la escuela, del sistema educativo, de los educadores y responsables de las instituciones educativas, construir un sistema educativo de calidad para todos. Para ello tenemos que trabajar porque las estructuras den oportunidades a todos, que todas las personas quepan en nuestra escuela y todas tengan las mismas oportunidades aunque partan de realidades distintas. Es muy importante que las metodologías, la práctica diaria, esté basada en la realidad e intereses del alumno/a y que el aprendizaje sea activo, significativo y útil.

También sería una clave que los educadores recuperásemos el idealismo educativo que se tuvo en los años 60, sin ingenuidad, pero ver que nuestra profesión es un compromiso (social, político, religioso,…) y que es nuestra forma de construir nuestra historia de una forma mas justa.

“La educación no cambia el mundo, la educación cambia a las personas para que ellas cambien el mundo” Paolo Freire


[1] Trilla,J.2000, Pedagogía del grup i del projecte. Una aproximació a l´obra de Joaquim Franch.

Fracaso Escolar; quién, cómo, por qué.

El día 27 de noviembre, estuve en la Univesidad Pontificia de Salamanca, en la cátedra extraordinaria de San José de Calasanz. jEste año trataban el fracaso escolar y uno de los ponentes era el Profesor Mariano Fernández Enguita. Aquí presento un resumen de su exposición.
http://www.scribd.com/doc/115336574/Fracaso-escolar-quien-como-por-que