Tenemos suficiente conocimiento científico como para poder decir que unas prácticas en intervención social son más eficaces que otras y también para poder apostar por una metodología de intervención descartando otras. Este marco metodológico debiera ser común para todos las personas profesionales que intervengan.
La organización de los recursos sociales debiera estar dispuesto para el servicio a la persona. Y los procesos, itinerarios personales, no suelen ser lineales, suelen ser de ir, venir, volver, caer, levantarse,... por tanto tenemos que disponer de servicios los suficientemente flexibles para poder ofrecer soluciones individuales, planes de trabajo adaptados a los casos, teniendo en cuenta que nunca hay soluciones "Pretaproter".
El trabajo en red es indispensable, pero no cualquier trabajo en red, lo que organiza este trabajo ha de ser la persona el caso, en torno a éste encontrarnos hablar, construir el caso, proponer hipótesis, acordar y evaluar,...
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